El Blog de Alfarache

Esta mañana he escuchado en la radio las declaraciones de nuestro amigo Rodríguez, quién desde Turquía en un alarde de fantasía y buenismo superprogre, nos ha regalado -sin vergüenza y delante de todo el mundo además- una nueva de sus interpretaciones "musicales" de poncho y guitarra al más puro estilo Zapatero sobre la historia ésta de la "Alianza de Civilizaciones".

Tras entonar melodiosas letras biensonantes que explican que los españoles son superprogres y superchulis y que "han demostrado que la paz es la mejor tierra, el mejor cimiento para la libertad y el progreso", y otras bonitas y huecas frases, expresó algo que realmente inquieta un poco. La frase de oro: "la paz es el último de nuestros valores que estaríamos dispuestos a sacrificar".

¿Cómo? Entonces, eso significa que la Libertad, por ejemplo, está antes en la lista. Que es sacrificable según Rodríguez.

Es decir, que nuestro superprogre Rodríguez acaba de decir a los cuatro vientos que está dispuesto a sacrificar la Libertad, antes de sacrificar la Paz. Y lo dice tan fresco. Y claro, si la Paz es el último valor, también quedarán dilapidados por él otros valores malos malísimos como la Justicia o la Igualdad. Sí señor.

Ahora entiendo por qué, a cambio de esa "Paz" con los criminales de la ETA, Rodríguez está sacrificando la Justicia -que se merecen las víctimas que han estado esperando años pacientemente sin venganzas-, está sacrificando también la Igualdad -rebajando peticiones de penas a asesinos de ETA, y no así a otros asesinos-, y está dispuesto a sacrificar la Libertad -de los futuros vascos y navarros que puedan quedar en las dos regiones tras las posibles cesiones territoriales a la banda que se sienta a negociar a la mesa con Rodri y sus amiguetes.

Desde luego. Así nos luce el pelo. Eso es tener las ideas y las prioridades claras.

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