El Blog de Alfarache

Siguiendo la línea de romper los estúpidos estéreotipos que recorren el mundo de cabo a rabo, y en tremenda lucha contra el borreguismo y a favor de toda posibilidad de intentar fomentar el uso del raciocinio, enlazo y publico desde aquí un estupendo artículo escrito por Walter Williams que describe a la perfección la situación y los problemas de África y las causas reales de su pobreza -las verdaderas, no las que mola mucho decir para quedar "supergüay"-. Y yo me pregunto, ¿por qué todos se empeñan en dar más y más ayudas a África cuando NUNCA ha funcionado esa vía y lo único que ha logrado es acrecentar aún más el poder de fanáticos, totalitarios dictadores y de tiranos asesinos y corruptos en África? Pues es buen pregunta... Nunca funcionó, pero todos siguen diciendo que el hambre terminará con las ayudas.

A veces me cuesta trabajo entender por qué existen ciertos carriles estereotipados y totalmente inamovibles, que la gente con supuesto espíritu progresista se empeña en seguir sin pensar más allá de las consignas, y aunque la realidad marque tozudamente otra cosa. Resulta que además, este tipo de personas que tratan de ser "supersociales" marcan supuestas razones para la situación del tercer mundo, que siempre pasan por culpabilizar a ese "terrible" Occidente en el que ellos viven magníficamente bien -concretamente culpan a los EEUU y Europa-, y lo hacen además contraviniendo todo tipo de datos y cifras, y de estrellarse contra miles de incoherencias. Y a pesar de todo ello, de esos caminos trillados y de esas penosas consignas irreflexivas, siguen erre que erre siendo utilizadas por toda la progresía mundial de salón. ¿Por qué? Pues es un interesante asunto a tratar, aunque recuerdo que Jean François Revel ha escrito largo y tendido sobre el tema.

En este caso rompo un nuevo estéreotipo sobre África y su pobreza con el artículo "Y dale con la "ayuda" a África". El artículo comienza con un párrafo tan rompedor como éste:

"Casi todas las naciones del África subsahariana son más pobres hoy que cuando se independizaron, durante los años 60 y 70. La producción de alimentos ha disminuido desde entonces cerca de un 20%. En promedio, el PIB per cápita ha caído medio punto al año desde 1975. El presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo, ha llegado a decir lo siguiente: "Los corruptos líderes africanos han robado a sus pueblos, en las cuatro décadas posteriores a la independencia, al menos 140.000 millones de dólares". El llamamiento de Bush, Blair y otros líderes del G-8 a incrementar la ayuda internacional sólo traerá más de lo mismo. "

Tras esto, Williams comienza a explicar cómo Zimbabue, que hasta hace pocos años era la economía más prospera de África, ha caído en picado en apenas cinco años víctima de corrupción y el terror del Gobierno de Robert Mugabe, y cómo Botsuana -que tiene los mismos problemas de sequía, sida, etc. que Zimbabue-, sin embargo "cuenta con una de las mayores tasas mundiales de crecimiento del PIB per cápita. Tanto Moody's como Standard & Poor's conceden a Botsuana un nivel de riesgo A, el menor del continente y equiparable al de otros países de Europa Central y Asia Oriental."

¿Por qué? No es díficil. Botsuana no está progresando gracias a la ayuda exterior, sino que lo hace porque se trata de un país donde "Hay ley y orden y se respetan los contratos" así como la propiedad privada, y el Foro Mundial la considera como una de las economías más competitivas y con mejores expectativas de cara a la inversión de toda África. Curioso... los dos países fueron colonias británicas, los dos con los mismos problemas de fondo. Pero uno tiene ley y orden y el otro corrupción. Uno próspero y bien encaminado -comparado con su entorno- y otro en el pozo, y con serios riesgos de hambruna en el futuro.

Pues nada, demos más ayudas. Muchas más del dinero de todos para seguir financiando a los tiranos locales, eternicémoslos para que sigan comprando cada vez mejores armas, y para que continúen pagando bien a sus "compinches" y preparando sus buenas cuentas en Suiza; que tienen derecho a retirarse dignamente tras el golpe o pucherazo del siguiente chorizo.

¡Venga! ¡Marchando una de ayudas!... ¡Oído cocina!

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